Dietoterapia

Por: Ara Sánchez

Dietoterapia

"Deja que tu medicina sea tu alimento y deja que tu alimento sea tu medicina", esto fue enunciado hace 2500 años por el padre de la medicina, Hipócrates. La salud depende en gran parte de nuestra alimentación. Los buenos hábitos alimenticios de cada día contribuyen a mantener nuestra salud.

Cuando el equilibrio de nuestro organismo se rompe por un aporte insuficiente o exceso de algún nutriente estamos expuestos a desarrollar algunas enfermedades.

En el Lejano Oriente -lejano, por supuesto para nosotros en occidente- el arte de la cura por los alimentos es tan antiguo que se dice que nació al mismo tiempo que la humanidad.

 

Pero aunque en Oriente goce de tan larga
tradición, sobre todo en China, donde es desde hace siglos una parte fundamental de la medicina, lo cierto es que para nosotros no es un concepto habitual.

 

La dietoterapia consiste en el uso de los alimentos con
fines terapéuticos, lo cual incluye el cuidado del cuerpo, la conservación de la salud y, ciertamente, la prevención de las enfermedades.

 

Por naturaleza, las personas necesitamos
alimentarnos para poder subsistir, para reponer  fuerzas y  energía.

 

¿Por qué los alimentos pueden prevenir y curar las enfermedades?

La respuesta va ligada a la manera oriental de entender la vida del universo. El cosmos está formado de materia, y toda materia tiene su propia naturaleza: el yin y el yang.

El yin representa la naturaleza de lo frío, de lo interior, de lo inferior, del reposo, como el agua. El yang representa, como el fuego, la naturaleza de lo caliente, de lo exterior, de lo superior, del movimiento.  Si el yin y el yang están en equilibrio, no hay ningún problema de salud; pero si se rompe ese equilibrio, aparecen las enfermedades.

Así, las verduras, las legumbres y las frutas son de naturaleza fría, por lo que pertenecen al yin. Sus propiedades permiten aliviar el calor, desintoxicar, aliviar la sed..., es decir, combatir enfermedades de naturaleza caliente o yang, como
fiebre, dolor e inflamación de garganta, estreñimiento y úlceras.

 

Todos los excesos son malos, así pues, no debemos comer demasiado, o muy poco, podríamos provocar un desequilibrio nutritivo que acarreará, a su vez, un mal funcionamiento del organismo.


Creo que con lo dicho queda bastante claro que es posible utilizar lo que comemos no solo para alimentarnos y aunque nos cueste aceptarlo “los hábitos alimenticios y el balance entre los mismos son la base de una vida llena de salud y belleza”

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